A Baudelaire
Mentor, quisieras pasar a mi pocilga,
Y tomarte un vino, cuéntame que vida;
Lee mi pobre poesía;
Sin embargo es dudosa.
Amigo, dime en que momento creíste;
Que la fobia se convirtiera en talento.
Y seguiste incauto hasta el último momento.
¡Que esta alma tan jadeante! Usara un lapicero.
Intimo, sobrevaloras lo horrendo.
¡Quede fascinada con los nauseabundos!
No aparto mi mente de tus tormentos.
Baudelaire, tus flores del mal,
…Me hacen apenarme…
Mentor, amigo íntimo, gime a mi lado, eternamente.
